Y mientras, ellos, ingenuos al mundo, permanecen sentados en el césped de algún remoto lugar, de algún característico parque de la ciudad. Nada les importa, son jóvenes. Fuman, beben y ríen. ¿Y qué? La gente pasa cerca de ellos y los miran extrañados. Pero poco les importa lo que piensen de ellos, tienen una visión distinta de la vida y no van a cambiar... quizá por eso los llamen bichos raros, o vándalos , pero las palabras se las lleva el viento. ¿Qué hay mejor que una tarde al sol entre amigos? Nada... y así, se sienten más libres que nunca.
No sabes la falta que me haces :(