18/3/10

A menudo los propios hechos te hacen recapacitar.

Cosas que planeas y casi nunca llegan a ser como tú quieres. ¿Por qué? No lo sé, quizá subestimemos a las personas que entran en nuestro planes.

Puede que simplemente no las conozcamos lo suficiente como para predecir sus verdaderos movimientos. Definitivamente no soy la reina del ajedrez, dirigiendo a los peones, quizá simplemente sea el peón.



[...]

Me cuesta mucho expresar mis sentimientos. Sí, ya sé que dije que los ocultaría y de hecho, eso hago, pero me refiero a la hora de escribir.
Tengo que inventarme los sentimientos y pintar sonrisas en los rostros. Puede que mi vida se haya vuelto demasiado aburrida o que no sepa apreciar las emociones.
Tendré que abrir más los ojos.

15/3/10

Ideario

Me da vértigo el punto muerto
y la marcha atrás,
vivir en los atascos,
los frenos automáticos y el olor a gasoil.

Me angustia el cruce de miradas
la doble dirección de las palabras
y el obsceno guiñar de los semáforos.

Me da pena la vida, los cambios de sentido,
las señales de stop y los pasos perdidos.

Me agobian las medianas,
las frases que están hechas,
los que nunca saludan y los malos profetas.

Me fatigan los dioses bajados del Olimpo
a conquistar la Tierra
y los necios de espíritu.

Me entristecen quienes me venden clines
en los pasos de cebra,
los que enferman de cáncer
y los que sólo son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura
de los cuerpos perfectos,
las sirenas que ululan en las noches de fiesta,
los códigos de barras,
el baile de etiquetas.

Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,
el paso obligatorio, las tardes de domingo
y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran
a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico
y tanto sinsentido,
parado frente al mar mientras que el mundo gira.



Francisco M. Ortega Palomares


L&H

Una loca en un mundo de cuerdos...
¿o unos cuerdos en el mundo de una loca?









Siempre quise escribir una lista de esto ¿Por qué? No lo se...
Me he dado cuenta de que me gustan muchas más cosas de las que odio o no soporto, espero que siempre sea así.



Odio...
odio el pescado
odio la rutina
odio la soledad
odio a los fachas
odio la guerra
odio a las personas que se creen superiores, prepotentes o creidos
odio que me mientan
odio que se metan con alguien por ser diferente
odio que me cambien los planes
odio que me digan lo que tengo que hacer
odio que me tomen por tonta
odio el maltrato, la discriminación
odio la música house y la tecno
odio los prejuicios
odio la gente con prisas
odio...








Adoro...
adoro soñar
adoro respirar el aire de la mañana, el de la noche y el de la tarde
adoro a mi familia
adoro a mis amigos
adoro a Ramón, Silvia, Rosa, Llanos...a todas esas personas que comparten conmigos sus segundos
adoro la lluvia, el sol, la nieve...
adoro el frío y el calor
adoro la libertad
adoro las cosas antiguas
adoro viajar
adoro el día pero sobretodo la noche
adoro sentir la brisa del mar
adoro el mar
adoro un te quiero sincero
adoro la complicidad
adoro salir de fiesta
adoro leer
adoro la música
adoro la mitología
la naturaleza, el mundo
adoro vivir...
adoro vivir cada día como si fuera el último
adoro la luna, la luz de la luna
adoro tomar café mientras me fumo un cigarro
adoro tantas cosas... y no podía vivir sin ellas, cada pequeño detalle cuenta.
No bases tu felicidad en las cosas grandes porque la verdadera felicidad está llena de cosas pequeñas.

11/3/10

In memoriam

Hoy toda España se tiñe de luto. Hoy hace exactamente 6 años que hubo una masacre en Madrid, un hecho que conmovió a todo el país y a miles de personas que salieron a las calles para pedir justicia y paz.
Durante estos largos 6 años, muchos ciudadanos se acercaron Atocha, Santa Eugenia y El Pozo, escenarios de la masacre para depositar miles de ofrendas a los 192 fallecidos en el atentado.

Sólo quería recordarlos, puesto que auqelo hizo una importante mella en todos.
Nunca más.


Un pequeño homenaje a todas las victimas y a sus familiares.












In Memoriam (11-03-2004)

10-03

Buf! A veces, por no decir siempre, creo que soy demasiado débil. Obviamente no en todos los sentidos, soy demasiado débil a la hora de caer en la tentación, a penas tengo fuerza de voluntad... sobretodo si se trata de ti.
¿Qué puedo hacer? Es verte y una estúpida sonrisa aparece en mi cara, me olvido de todo lo que me rodea, siento algo dentro... sí, las famosos mariposas en el estómago.
Lo peor de todo es que me encanta verte, me encanta sentir lo que siento al verte, me encanta escucharte... me encantas.
Si, ya sé que todo es un poco cursi... pero necesitaba decirlo, parece que así al menos me siento mejor.
No te preocupes, ya no te escribiré cosas cursis ni te molestaré. Tomé una decisión y por mucho que me duela tengo que cumplirla: hasta siempre amor...





Sólo quería despedirme, darte un beso y verte una vez más

Sí pero no

Tengo ganas de ti...








¿Por qué no puedo tomar mis propios consejos?
¿Por qué soy tan idiota?... ¿Por qué te quiero si sólo me haces daño?


Ya no hablaré a nadie de ti, pues todos se cansaron de la misma historia... ¿Y ahora? No sé qué pasará, pero ya busqué un hueco para enterrarte en el olvido.



Mañana será otro día.
Dulces pesadillas...

9/3/10

Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer


Uno de mis poetas favoitos, sin duda. Uno de los mejores poetas del romanticismo... me encanta *-* seguramente si hubiera vivido en su época me habría enamorado de él xD
Me siento muy identificada con sus poemas...desde el desamor y el amor, hasta los más sombríos.
Leerlos me ayudó en varios momentos a lo largo de mi vida y siempre que puedo, los vuelvo a leer.
Sé que no suelo poner a ningun poeta, pero hoy me apetecía hacerlo, esto es lo mínimo que Bécquer se merece.






LV
Entre el discorde estruendo de la orgía
acarició mi oído,
como nota de lejana música,
el eco de un suspiro.

El eco de un suspiro que conozco,
formado de un aliento que he bebido,
perfume de una flor que oculta crece
en un claustro sombrío.

Mi adorada de un día, cariñosa,
"¿en qué piensas ?", me dijo:
"En nada..." "¿En nada y lloras?" "Es que tengo alegre la tristeza y triste el vino".


XXXV
No me admiró tu olvido! Aunque de un día,
me admiró tu cariño mucho más;
porque lo que hay en mí que vale algo
eso... ¡ni lo pudiste sospechar!.


XXXVII
Los suspiros son aire y van al aire!
Las lágrimas son agua y van al mar!
Dime, mujer, cuando el amor se olvida
¿sabes tú adónde va?

LVIII
¿Quieres que de ese néctar delicioso
no te amargue la hez?
pues aspírale, acércale a tus labios
y déjale después.

¿Quieres que conservemos una dulce
memoria de este amor?
Pues amémonos hoy mucho y mañana
digámonos ¡adiós!


LXXXV
¿No has sentido en la noche,
cuando reina la sombra
una voz apagada que canta
y una inmensa tristeza que llora?

¿No sentiste en tu oído de virgen
las silentes y trágicas notas
que mis dedos de muerto arrancaban
a la lira rota?

¿No sentiste una lágrima mía
deslizarse en tu boca,
ni sentiste mi mano de nieve
estrechar a la tuya de rosa?

¿No viste entre sueños
por el aire vagar una sombra,
ni sintieron tus labios un beso
que estalló misterioso en la alcoba?

Pues yo juro por ti, vida mía,
que te vi entre mis brazos, miedosa;
que sentí tu aliento de jazmín y nardo
y tu boca pegada a mi boca.


LXI
Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¿quién se sentará?

Cuando la trémula mano
tienda próximo a expirar
buscando una mano amiga,
¿quién la estrechará?

Cuando la muerte vidríe
de mis ojos el cristal,
mis párpados aún abiertos,
¿quién los cerrará?

Cuando la campana suene
(si suena en mi funeral),
una oración al oírla,
¿quién murmurará?

Cuando mis pálidos restos
oprima la tierra ya,
sobre la olvidada fosa.
¿quién vendar a llorar?

¿Quién en fin al otro día,
cuando el sol vuelva a brillar,
de que pasé por el mundo,
¿quién se acordará?
XII
Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar, te quejas;
verdes los tienen las náyades,
verdes los tuvo Minerva,
y verdes son las pupilas
de las huríes del Profeta.

El verde es gala y ornato
del bosque en la primavera;
entre sus siete colores
brillante el Iris lo ostenta,
las esmeraldas son verdes;
verde el color del que espera,
y las ondas del océano
y el laurel de los poetas.

Es tu mejilla temprana
rosa de escarcha cubierta,
en que el carmín de los pétalos
se ve al través de las perlas.

Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean,
pues no lo creas.

Que parecen sus pupilas
húmedas, verdes e inquietas,
tempranas hojas de almendro
que al soplo del aire tiemblan.

Es tu boca de rubíes
purpúrea granada abierta
que en el estío convida
a apagar la sed con ella,

Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean,
pues no lo creas.

Que parecen, si enojada
tus pupilas centellean,
las olas del mar que rompen
en las cantábricas peñas.

Es tu frente que corona,
crespo el oro en ancha trenza,
nevada cumbre en que el día
su postrera luz refleja.

Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean:
pues no lo creas.

Que entre las rubias pestañas,
junto a las sienes semejan
broches de esmeralda y oro
que un blanco armiño sujetan.


Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar te quejas;
quizás, si negros o azules
se tornasen, lo sintieras.



LXXIII
Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.

La luz que en un vaso
ardía en el suelo,
al muro arrojaba
la sombra del lecho;
y entre aquella sombra
veíase a intérvalos
dibujarse rígida
la forma del cuerpo.

Despertaba el día,
y, a su albor primero,
con sus mil rüidos
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterio,
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:

—¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

*

De la casa, en hombros,
lleváronla al templo
y en una capilla
dejaron el féretro.
Allí rodearon
sus pálidos restos
de amarillas velas
y de paños negros.

Al dar de las Ánimas
el toque postrero,
acabó una vieja
sus últimos rezos,
cruzó la ancha nave,
las puertas gimieron,
y el santo recinto
quedóse desierto.

De un reloj se oía
compasado el péndulo,
y de algunos cirios
el chisporroteo.
Tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto
todo se encontraba
que pensé un momento:

¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

*

De la alta campana
la lengua de hierro
le dio volteando
su adiós lastimero.
El luto en las ropas,
amigos y deudos
cruzaron en fila
formando el cortejo.

Del último asilo,
oscuro y estrecho,
abrió la piqueta
el nicho a un extremo.
Allí la acostaron,
tapiáronle luego,
y con un saludo
despidióse el duelo.

La piqueta al hombro
el sepulturero,
cantando entre dientes,
se perdió a lo lejos.
La noche se entraba,
el sol se había puesto:
perdido en las sombras
yo pensé un momento:

¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

*

En las largas noches
del helado invierno,
cuando las maderas
crujir hace el viento
y azota los vidrios
el fuerte aguacero,
de la pobre niña
a veces me acuerdo.

Allí cae la lluvia
con un son eterno;
allí la combate
el soplo del cierzo.
Del húmedo muro
tendida en el hueco,
¡acaso de frío
se hielan sus huesos...!

*

¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es sin espíritu,
podredumbre y cieno?
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo,
el dejar tan tristes,
tan solos los muertos.

8/3/10

C.L.U.B



- Furcia
- Ligera de bragas

- Sólo piensa en tener algo entre las piernas

- Le gusta calentar a todo lo que se mueve
- En pocas palabras... puta

- Por mucho que te levantes el pelo,no conseguirás levantar más pollas.
- Primero: visualización de la presa, despues: caza y captura
- Pervertidas
- Yo nunca he hecho un trío...

K.A.I.


¿A ti tambien te dijero algo de esto? ¿Sientes que tus "amigos" lo piensan pero no se atreven a decirtelo a la cara? Este es tu sitio...bienvenido al club de las furcias

3/3/10

Agur




El que se queda atrás...se deja atrás.


Ya no sé ni qué pensar.
Ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no... se acabó.
Qué pena...tú te quedaste y ahí te dejo. Hasta siempre.

2/3/10

Otro extraño día

Juro que no derramaré una lágrima más por ti....



[***]

Un escalofrío recorrió su espalda al notar su mirada fija en la nuca y sin pensarlo dos veces se giró.

- ¿Qué? - su voz sonó fría y desagradable

- Nada... - se limitó a decir él

- ¿No tienes nada mejor que hacer?

No contestó. Se quedó unos segundos mirándola.

- ¿Por qué eres así?

- ¿Hace falta que te lo diga? - seguía alerta, mantenía aquel tono desagradable

- Sí... - pronunció el chico casi en un susurro

Ahora ella guardó silencio unos segundos. Paseaba su mirada por todo el cuerpo del chico, pensando en cómo decírselo y reuniendo el valor suficiente. Tras un largo suspiró dijo:

- Quiero olvidate... y cuando casi lo consigo, vuelves a mi vida, una y otra vez...

Aquellas palabras lo tomaron por sorpresa, pues se limitó a abrir mucho los ojos, como si aquello que acaba de escuchar fuese una imaginación.

-¿De verdad quieres olvidarme? - preguntó acercándose a ella, no pensaba rendirse ahora, después de todo lo que habían pasado.

La chica se limitó a mirarle sin poder pronunciar palabra alguna, pero él volvió a insistir.

- Mírame a los ojos y dímelo ¿quieres olvidarme?

- No...

-Entonces... no me olvides - cada vez estaba más cerca de ella, podía oler su perfume que lo embriagaba.

- ¿Y de qué me sirve no olvidarte? - lo miró desafiante dando un par de pasos hacia atrás

- ¿Y de que te sirve olvidarme? - no pensaba darse por vencido, tenía que girar la balanza a su favor.

- Quiero dejar de hacerme daño... si no me quieres déjame - algo en ella había cambiado, ya no intentaba mostrarse fuerte, sus palabras sonaban débiles.

- ¿Quién dice que no te quiero? - estaba pegado a ella, acarició su mejilla suavemente, nunca se cansaría de mirarla

- ¡Tú! - exclamó de nuevo la joven separándose todo lo que pudo

- Mis palabras dicen una cosa... mis gestos otras - la agarró por la cintura y la trajo para si, quedando separados por a penas un centímetro

- Sabes que no hago caso a tus gestos, no quiero leer entre líneas - intentaba separase pero el chico se lo impedía

- ¡Pues lee! He venido hasta aquí por ti... ¿crees que lo habría hecho si no te quisiese?

- Puede... - se limitó a decir, a penas le salían las palabras

- Qué poco me conoces - una sonrisa asomó por el rostro del joven

- Más de lo que crees - dijo mirándolo a los ojos, sonriendo también








Sonríe...llorar es demasiado fácil


Aguanta nena...







Ser princesa de aquel príncipe que no apareció








Yo nunca me he liado con nadie de esta sala.... xDDDD
Sabado, sabadete! desfasee!!



¡Que corra el ron!

Y volvió a pasar...



Y el castillo se volvió a derrumbar…
Sus cimientos eran débiles, cual muñeca de porcelana y no aguantó ni la leve rozadura de una mariposa.
Yacen en el suelo, acumulados, pisoteados, como antaño, bañados por los débiles rayos del sol invernal que muere con ellos.
La noche se apodera de todo y, con ella, la desesperación.
El frío cala y mata el último aliento humano que moraba en los restos de lo que fue un hogar, convirtiéndose en rocas, otra fría roca más.
Otra más del montón, como muchas otras más que pasaron desapercibidas y que, como todas ellas, caerán e el olvido, pues ya no significan nada.
Sobre una de ella, una sombra inmóvil respira la tranquilidad del lugar, con la vista fija en el vacío.
Antes aquel lugar tenía un significado…ahora ya no importaba nada.
Está vez no habrá nadie para reconstruir las ruinas.
Aquella ilusa chica se aleja, lentamente, sin volver la vista atrás, donde quedan los restos de su vida…







[Volveré a encerrarme en mi caparazón...volveré a guardarme mis sentimientos... tampoco me iba tan mal]

1/3/10

C'est fini

Se acabó. ¿Qué más puedo decir? Si...Todos me lo advirtieron, pero estaba demasiado ciega, una fina benda cubría mis ojos, la que yo misma sujetaba cuando parecía que se iba a caer...
Pero ahora, ya se cayó del todo, y no pienso volver a ponérmela.
Si, se acabó... pero no fue solo decisión mía.
Yo ya no puedo hacer nada mas... Dos no pelean si uno no quiere ¿No?


Ahora solo me queda olvidar


¿Un clavo saca otro clavo? Lo dudo


No se restar, tu mitad a mi corazón


Tengo ganas de coger la cámara, el coche... y perderme

Sentirme libre