1/12/11

De vuelta...

Rima XXXIV

Cruza callada, y son sus movimientos
silenciosa armonía:
suenan sus pasos, y al sonar recuerdan
del himno alado la cadencia rítmica.

Los ojos entreabre, aquellos ojos
tan claros como el día;
y la tierra y el cielo, cuanto abarcan,
arden con nueva luz en sus pupilas.

Ríe, y su carcajada tiene notas
del agua fugitiva;
llora, y es cada lágrima un poema
de ternura infinita.

Ella tiene la luz, tiene el perfume,
el color y la línea,
la forma engendradora de deseos,
la expresión, fuente eterna de poesía.

¿Qué es estúpida? ¡Bah! Mientras callando
guarde oscuro el enigma,
siempre valdrá lo que yo creo que calla
más que lo que cualquiera otra me diga.


Gustavo Adolfo Bécquer


Después de pensarlo varias veces, de darle muchas vueltas... y abandonar otras tantas, al fin me decidí a volver. Lo cierto es que no sabía como ni con que empezar, pero creo que no hay mejor forma de hacerlo que con una poesía de Bécquer.


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