2/7/09

Viejos recuerdos

Algo que escribí hace tiempo (:



Nuestras miradas se cruzaron y un segundo después, su mano me sujetaba por el cuello, sin llegar a apretarlo. En el ambiente se respiraba tensión. Me acarició la mejilla mientras la observaba detenidamente, parándose en cada poro de mi piel. Su mirada, tan seria como su gesto, me atravesaba como un cuchillo. Yo, temblando por dentro, lo miraba fijamente, esperando su reacción. Abrió la boca con intención de decir algo, pero no fue capaz.

- Dime algo – le pedí en un susurro.
- No sé que decirte…
- ¡Lo que sea! ¡Grítame! ¡Insúltame! ¡Pero habla! – le exigí, dentro de lo que aun podía exigirle.
- No me pidas algo que no puedo hacer – hablaba susurrando, y yo odiaba cuando hacía eso. Bajó la mirada hasta mi cintura.
- Perdóname – no había otra palabra.
- ¿¿Cómo…?? – no pudo seguir la frase
- ¡¡Perdóname!! ¡No sé que me pasó! ¡Por favor! – noté como apretaba su mano contra mi cuello y con la otra me sujetaba la cintura, mientras me observaba. Me tenía acorralada contra la pared.
- Lo siento pero no puedo hacerlo –seguía hablando en el mismo tono. Lo miré a los ojos, no pensaba rendirme tan pronto.
- ¡Haré lo que sea! Sé que no me lo merezco…pero yo te amo

Una risa burlona inundó la habitación.

- No me cuentes chistes ¿quieres? No estoy de humor
- No es un chiste – intenté soltarme, odiaba no poder moverme. Me sujetó más fuerte.
- ¡Claro que lo es! ¡No puedes decir que me amas cuando besaste a otro!
- ¡Fue un error! Perdóname
- ¿Ahora me vienes con esas?
- ¿¿Qué quieres que haga?? – me solté bruscamente. Él, viendo lo que hacía ,me cogió por las muñecas y me inmovilizó los brazos contra la pared.
- ¡¡Suéltame!! – le exigí
- No debiste hacerlo…
¡¡Lo se!! ¡Pero suéltame!
- ¡No!
- ¡¡Suéltame por favor!!
- No, ya te lo he dicho

Éramos igual de cabezones, no lo recordaba, pero no iba a quedar así la cosa.Intenté de nuevo soltarme, pero no lo logré. Lo empujé con todas mis fuerzas, pero a penas dio un paso hacia atrás, y cuando me quise dar cuenta, tenía su nariz pegada a la mía

-¿Qué…? – no pude terminar la frase ,me besó. Me besó apasionadamente. Tan apasionado como nunca lo había echo. Me dejó sin aliento, pero yo seguí besándolo, besándolo como nunca. Al instante se separó, me soltó, me observó y se marchó ,sin decir una palabra.



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