30/1/10

Dos en uno

¿Vuelves a mi porque no tienes a nadie más?
No soy un pañuelo un pañuelo que usas y cuando ya no te sirve lo tiras...
Puede que antes me dejara usar...tonta de mi, pero ya no
Adiós pañuelo de lágrimas, hasta nunca.




[...]


Un silencio sepulcral se hizo dueño del momento. El tiempo pasaba y pasaba, mientras los dos jóvenes seguían sentados en el banco, sus miradas a penas se cruzaban y sus labios permanecían cerrados.
La gente paseaba por el gran parque, entre palabras y risas,pero al llegar junto a los dos jóvenes callaban y se limitaban a mirarlos, como si no fuesen algo extraño.
Y ellos, sentados como estatuas, únicamente movían el brazo para llevar el cigarro a la boca.

Grandes caladas de humo y aire era lo que se oía entre ellos. Era incómodo, casi nunca llegaban hasta aquella situación pero como siempre hay una excepción.

Pasan los minutos como si fueran horas mientras el frío cubre sus cuerpos a penas móviles.



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