Ella lo observó durante unos instantes, lo suficientes para reafirmar lo que sentía. Bajó la mirada y, colocando uno de los auriculares en su oído derecho, se centró en la música que ahora la envolvía y sacaba del mundo real.
Al cabo de un rato, él caminó hasta su lado y se sentó junto a ella, en el suelo. Como siempre estaba sentada en el suelo.
La miró intentando captar su atención, pero la chica respiró profundamente al notar su presencia y luchó consigo misma para no girar la cabeza.
- Te has ido sin decirme nada - dijo entonces él para romper el silencio viendo que ella no diría nada.
- Te he dicho que ahora volvía - susurró sin mirarlo todavía.
- Pero no te has sentado a mi lado - la suave mano del chico busca la de su compañera para entrelazarla.
¿A qué estaba jugando? Ese mismo día le había dejado muy claro que solamente eran amigos. ¿Porqué seguía confundiéndola?. La chica reaccionó como solía hacer y entrelazó sus dedos con los de él, no quería que notara nada a cerca de sus sentimientos, por lo que debía seguir igual que antes.
- Mi sitio ya estaba ocupado - contestó la chica para mantener la conversación.
Un breve silencio los arropó. A su alrededor la gente hablaba sin prestarles atención. Después de todo eran dos jóvenes más.
- Además, estabas bien acompañado - la chica volvió a hablar, esta vez con tono de burla, aun que aquello era una simple careta. Los celos habían hecho que se fuera lejos, para no ver como otra tonteaba con él.
El chico se limitó a reír, después de todo era una broma entre amigos. Pero en el fondo, y a pesar de no reconocerlo, sabía que estaba celosa.
No sabes como extraño esos momentos
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